Reseña "El final de la historia"

jueves, 5 de marzo de 2015

Título: El final de la historia
Autora: Lydia Davis
Año: 2015
Editorial: Alpha Decay
Páginas: 248
Precio: 20.90€

El final de la historia es la primera novela de Lydia Davis, celebrada autora de tantos relatos breves que pasarán a la historia como los mejores de toda una generación de escritores norteamericanos. La narradora de esta obra, una traductora y académica de mediana edad, está intentando escribir una novela sobre su historia de amor con un hombre doce años más joven que ella al que amó hasta el punto de la obsesión y al que perdió poco después. A través de elipsis magistrales y un gran dominio del tiempo del relato y del juego de la memoria, la narradora de esta historia nos conducirá por los pormenores de su doloroso idilio, convertido, por fin, en la conmovedora novela que tienes en tus manos.
Una obra poderosa y enigmática que profundiza en la capacidad redentora de la creación y que nos empuja a adentrarnos, una vez más, en los oscuros laberintos del amor pasional.


Todo en la vida, como las novelas, llega en un momento u otro a su irremediable final. Sin embargo, este final, al contrario que en nuestras ficciones favoritas, casi nunca se intuye ni da muestras de estar a la vuelta de la próxima esquina. No hay mayor ni más dolorosa tragedia que hacer algo por última vez sin saber que es la última vez que lo haces. Es así. Pero, por desgracia, nadie se digna a dejar pistas salpicadas por el camino, advertencias ni señales de aviso que hagan presagiar la disolución definitiva de aquello que un día late con fuerza y al siguiente no es más que un cuerpo sin pulso. Simplemente sucede, llega el desenlace, y lo que queda de nosotros son los restos de una conciencia aturdida que trata de capturar ese preciso instante donde convergen todas las etapas del ente perdido, donde se reúnen, colisionan, se retuercen como siniestras entrañas, el principio y el final de la historia. Y así lo ha querido plasmar Lydia Davis en la que es, tras una larga y exitosa carrera como autora de relatos breves, su primera novela hasta la fecha; un trabajo sorprendente, visceral y emocionalmente estremecedor en el que una profesora universitaria de mediana edad narra sus intentos de escribir una obra basada en el tormentoso romance que mantuvo con un hombre doce años menor que ella.

La novela (la de Davis, no la de su protagonista) comprende rarezas y peculiaridades varias que la elevan notablemente por encima de otras propuestas parecidas. En primer lugar, la refinada, exquisita, demoledora prosa de Lydia Davis hace que leer cada una de las líneas que componen El final de la historia se convierta en una experiencia paradisíaca, casi orgiástica, digna de los más estridentes y ampulosos calificativos que se os ocurran. La escritora norteamericana desgrana entre las páginas de este libro todas y cada una de las caras -amables, furiosas, destructivas, amargas, contradictorias- que ofrecen las siempre complicadas relaciones de pareja, sobre todo haciendo especial hincapié en aquellas que evidencian las barreras generacionales interpuestas entre sus dos miembros constituyentes, a los que separan no solo más de una década, sino también un conjunto de experiencias, perspectivas y metas que discurren por distintas e incompatibles esferas. Ese quiero y no puedo, ni contigo ni sin ti, el continuo tira y afloja propio de amores que se alimentan (y también se consumen) a base de sus múltiples rupturas y reconciliaciones es el motor principal de una historia basada en una palpable ausencia de argumento, una cronología absolutamente caótica y un melancólico discurso sin apenas diálogos que además pretende reflejar la angustia en la que vive inmersa su protagonista. Por otro lado, abandonando un poco los sentimientos y centrándonos en los aspectos técnicos, una de las características que más contribuyen a que la propuesta de Lydia Davis sea tan interesante y notoria es ese fascinante juego narrativo, esa ficción autorreferencial, que forma parte de la historia; aquella en la que una poco fiable voz protagonista nos detalla los pormenores de la construcción de su novela, expresando la necesidad de la misma como método de purgación, hablando de la dificultad a la hora de seleccionar recuerdos y acontecimientos relevantes, dudando hasta de su propia veracidad o elaborando intrincadas y repetitivas elipsis, pero siempre manifestando la capacidad del texto como ente orgánico de colaborar en su propia e instintiva -a pesar de todo, armoniosa- creación.

El resultado de toda esta experimentación literaria es una hermosa y estupenda novela que, sin responder plenamente a mis expectativas, he de confesar, consigue que nos impliquemos a grado cabal con los personajes que la habitan, de forma que llegaremos a sentir como nuestra la ausencia repentina de ese amante emborronado por el olvido, más parecido a una oscura silueta que a una figura real, y nos veremos empujados a perseguir su rastro de manera compulsiva. No obstante, gracias a los denodados esfuerzos que hace Lydia Davis a lo largo de este inolvidable libro, siempre contaremos con la alentadora posibilidad de visitar esa sombra difuminada todas las veces que queramos. O podremos, por el contrario, ponerle de una vez por todas punto y final a la historia. 




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